Si hace poquito vimos el anuncio de Gillette que ponía en cuestión la masculinidad tradicional como una masculinidad tóxica que evitar, ayer la marca de productos del hogar y de higiene personal P&G (Procter and Gamble), que fabrica productos como Dodot, Fairy o el champú H&S, entre otros, publicó en su canal de YouTube un anuncio con la Carga Mental que sufren las mujeres como tema central y preguntaban «¿A ti también te pasa?«.
Dejemos de lado que es un guiño para empatizar con su target, con su población objetivo (ya que entienden que las mujeres siguen comprando mayoritariamente sus productos y quieren empatizar con ellas), algo que hacen las empresas modernas últimamente para vender más (aunque con el de Gillette no han tenido la misma suerte, pues ha salido al ataque una manada de orcos… digo… de machirulos acomplejados, diciendo que les iban a hacer boicot y tal. Se ven que quieren seguir anclados en el pasado y ser machos ibéricos de los de antes… uff…
Pero la empresa P&G no fue pionera en esto de denunciar la Carga Mental, sino que hubo otras acciones virales anteriores. En 2017 se hizo famoso el cómic de la ilustradora francesa Emma Clit titulado “Me lo podrías haber pedido” con escenas cotidianas que seguro que muchas de vosotras (por no decir todas) habéis vivido en casa. Pero antes de eso, ya hubo polémica en Estados Unidos, en diciembre de 2016, por un poema que Ellen Seidman (mamá de tres niños) compartió en su blog, titulado “Soy la que se da cuenta de…” en el que registraba todas las cosas y tareas de las que sólo ella se daba cuenta o se encargaba, siendo la lista interminable, como te podrás imaginar. Como el enlace a este texto está en inglés, te lo he traducido y adaptado para que puedas deleitarte:
El fin de semana pasado, noté que nos estábamos quedando sin papel higiénico. Por «noté que nos estábamos quedando» quiero decir que vi que sólo quedaba un trozo: ¡qué buen negocio el papel higiénico! Así que envié a mi esposo cazador-recolector para que pillara algo en el supermercado.
Soy la única persona en nuestro hogar que se da cuenta de que necesitamos más papel. Los niños nunca se dan cuenta: mágicamente reaparece en el baño de forma regular, colocado allí por “el hada del papel del wáter”. Mi marido, por su parte, asume que mis viejos y fiables globos oculares notarán los cilindros de celulosa menguando y me pondrán alerta.
Y esta es la razón por la que soy la mejor.
Llegará el Día de la Madre y dudo que ninguna madre, en ninguna parte del mundo, reciba una tarjeta que diga: «Feliz día de la madre a la mujer que siempre nota que nos estamos quedando sin papel higiénico». Y menos mal… porque si alguien le diese a su pareja una tarjeta así, sería un shock emocional. Pero la cuestión es que las madres merecemos felicitaciones por nuestros superpoderes visuales.
No pretendo desacreditar a mi amado. ¡Diablos, no! Aunque puedo presumir de que soy yo quien está al tanto de esas cosas, y no él. Yo y mi extraña habilidad para ver cosas. No fantasmas, no, sino cosas mucho más básicas que permiten a nuestra familia sencillamente subsistir.
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin cubiertos, platos o vasos limpios.
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin café.
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin ropa interior limpia, a menos que cuente la ropa interior con agujeros que algunas personas hacen.
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin pasta de dientes, hilo dental, enjuague bucal con sabor a fresa de Dora la Exploradora y NO de naranja del que tiene un Bob Esponja en la botella, o sin jabón de manos, gel de ducha, champú o el líquido desenredante de cabellos con efecto anti piojos o [inserte el producto para una buena higiene que se está agotando].
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin calcetines iguales, a menos que cuente los pares con agujeros que algunas personas hacen.
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin huevos, leche, pan, yogurt, mantequilla, queso crema, helado de chocolate, esa pasta blanca en forma de ruedas pequeñas negras llamadas oreo, gusanitos y otros alimentos básicos.
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin barritas de muesli, taquitos de brownie, frutos secos, patatas fritas, palitos de queso y otros refrigerios que salvan vidas.
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin kétchup o mahonesa, una pesada carga que soportar.
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin zumo de naranja, zumitos para el cole, sirope de chocolate y limonada orgánica de fresa que nuestro hijo ha estado bebiendo al por mayor.
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin mantequilla con sal de Flora, con sal de Pascual, sin sal de Ligeresa y sin sal de Central Lechera Asturiana, y desearía que nuestra familia tuviera consenso sobre la mantequilla, ¡por dios!
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin virutas de chocolate y de colores, ese grupo de alimentos esenciales para el crecimiento de los niños.
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin papel de aluminio, film transparente y bolsas con cierre Zip. (Como alguna vez dijo alguien sabio, «Nunca se puede ser demasiado rico o demasiado delgado o tener demasiadas bolsas con cierre Zip».)
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin vitaminas, aspirina, apyretal y dalsy, y a pesar de que soy la única que se preocupa por quedarnos sin el dalsy, otras personas también se beneficiarían si se preocuparan de ello.
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin pañuelos de papel, jarabe para la tos, antihistamínicos, tiritas, antimosquitos, pomada para quemaduras, yodo, más tiritas [inserte elementos importantes para el bienestar de los niños].
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin papel de regalo, lacitos o moñas y velas de cumpleaños.
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin bombillas. O sin velas, por si se va la luz.
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin ropa de trabajo limpia.
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin pilas AA, pilas AAA, pilas de botón, pilas de petaca, de las gordas, de las medianas… ¡de todo tipo de pilas!
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin ceras, subrayadores de colores, folios, cinta adhesiva, barras de pegamento, purpurina, fichas, marcadores y (suspiro), ¿quién fue la última persona en usar las tijeras?
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin toallitas, esponjas, detergente para la ropa, lejía, antimanchas, lavavajillas, estropajos, suavizante, limpiador para baño, desinfectante para manos, fregasuelos, pulimento para muebles, recambio de fregona, recambios para la mopa, limpiacristales, limpiador multiusos [inserte productos críticos para la limpieza del hogar].
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin ropa limpia de los niños después de que se hayan ido a una actividad u otra.
- También soy la persona que nota que se les está quedando pequeña y casi no tienen ropa de su talla.
- Sin mencionar los zapatos que todavía les quedan bien.
- Y los gorras o gorros de lana… ¡cómo le crecen la cabeza!
- Soy la persona que se da cuenta de que nos estamos quedando sin espacio de almacenamiento para todos los juguetes y juegos, coches, camiones de bomberos y cositas de plástico apestosas de las bolsas de las fiestas de cumpleaños.
- Soy la persona que se da cuenta de que nos estamos quedando sin sellos, cerillas, alfileres, chinchetas, clips y otras cosas pequeñas cruciales para el buen funcionamiento familiar.
- Soy la persona que nota que no estamos haciendo suficientes fotos de familia y que será mejor que hagamos algunas antes de que los niños estén en la universidad.
- Soy la persona que nota que nos estamos quedando sin protector solar, insecticida y barritas de vaselina para que no se nos corten los labios.
- ¿Soy la persona que se da cuenta de que nos estamos quedando sin bolígrafos y dónde van a parar todos ellos?
No soy la persona que se da cuenta de que nos estamos quedando sin vino, gas o aceite para el coche, almendras con sabor a wasabi, almacenamiento en Dropbox o Google Drive, noches sin niños, cargadores de teléfonos y un montón de cosas más, nuevas para mí.
Pero mis poderes de ver no terminan con lo anterior.
- Soy la persona que localiza la grapadora, gafas de sol, camiseta favorita, juguete favorito, libro de lengua, libreta de matemáticas, carné de la biblioteca, raquetas, bolsa para guardar las raquetas, pelotas de tenis, bote para guardarlas, diadema y muñequeras, pero también el mando de la tele, el bono de la piscina municipal o lo que sea que alguien de la familia esté haciendo cuando de repente se oye «¡Mamaaaaaa, no me saleeeeee, ayudameeeee!»
- Soy la persona que observa, justo antes de acostarse, que varios dispositivos están sin batería… y los pongo a cargar.
- Soy la persona que nota que las verduras se están pudriendo. Dios mío, ¿cómo pueden las personas no notar los mosquitos de la fruta?
- Soy la persona que ve las pasas aplastadas debajo de la mesa de la cocina, las bolas de polvo debajo del armario, el montón de mierda en el filtro de la lavadora y esa cosa pegajosa en el sofá.
- Soy la persona que encuentra la bolsa de ropa en el suelo del coche que se suponía iba a ser devuelta a la tienda hace tres semanas.
- Soy la persona que descubre que la luz del sótano aún está encendida.
- Soy la persona que prevé la necesidad de regalos para la fiesta de cumpleaños, la fiesta de graduación, la fiesta de aniversario y todas las fiestas del mundo a las cuales nos invitan o que nosotros mismos celebramos.
- Soy la persona que nota que las cortinas del salón que no se usa no se han lavado en aproximadamente cuatro años. Pero finalmente lo noté.
Todo esto se suma a la gran cantidad de detalles y tareas pendientes que se incluyen en mi cerebro, entre otros:
- La ropa y el calzado de mi familia.
- Cuando se deben devolver los libros de la biblioteca.
- Hojas de permiso y formularios de la escuela que necesitan ser firmados.
- Las cajas de cartón que deben reciclarse.
- Pagos de actividades extraescolares: zumba, guitarra, pintura, manualidades y materiales (que nunca cuestan menos de 50 euros y que nunca volverán a usar).
- La receta de la mejor tarta de chocolate, nata y plátano de la historia, con virutas de chocolate blanco y de colores.
- Cuando se deben reservar las diversas citas anuales con los médicos y dentistas y especialistas de los niños.
- Los números de teléfono del médico, del dentista y de los especialistas.
- ¿Qué amigo de los niños tiene alergias a las nueces o el sésamo?
- La ubicación precisa del mortero de piedra para hacer guacamole, la bolsa de agua caliente, la nevera para ir de campo o a la playa y el centro de mesa navideño que adorna nuestra mesa todos los años
- Los outfits memorizados de todos los maestros que he tenido, incluido el que tuve en mi Erasmus en Florencia.
- Los números de teléfono de mis dos mejores amigas de cuarto de EGB.
- Toda la letra de los mejores éxitos de Miguel Bosé.
Raramente obtengo beneficios por mi talento para la observación. Veo, hago y conquisto, incansablemente y nunca me quejo. Bueno, mayormente sin quejas. Vale, me quejo. Pero, ¿alguna vez ha tenido nuestra familia una crisis de papel higiénico? No, nunca.
No se necesita un pueblo, sólo soy necesaria yo.
Porque yo soy esa persona que nota que nos estamos quedando sin papel higiénico.
Y, por tanto, soy la mejor.
¿Qué? ¿Cómo se te ha quedado el cuerpo? A mí me agota leerlo… lo pienso y me estreso… Es un texto divertido, pero si lo piensas… no lo es tanto. Pero continuemos…
El año pasado, Constance Hall, una bloguera australiana con millones de seguidores, siguió el consejo de sus amistades y puso a prueba a su marido. Le habían recomendado que cuando necesitara ayuda que la pidiese y así lo hizo.
¿Puedes sacar la basura? ¿Puedes ir a hacer la compra? ¿Puedes arreglar a los niños?… Así con todo. Y su marido lo hacía. Pero llegó un día en que reflexionó sobre esto en su blog y se dio cuenta de que cuando dejaba de recordarle sus tareas, volvía a no hacer nada.
Esto pone de relieve algo que muchas mujeres que viven con su pareja y/o familias sufren: la carga mental. La famosa periodista Samanta Villar lo sabe y por eso el próximo 19 de febrero publica un libro titulado “La carga mental femenina” con el subtítulo “o por qué las mujeres continúan al mando del hogar a coste cero”… que pinta muy bien.
Pero el concepto es mucho más antiguo. Ya en 1996, la socióloga Susan Walzer lo describió en su estudio “Thinking About The Baby” (pensando sobre el bebé). Había entrevistado a 23 parejas que habían tenido hijos o hijas en el último año y observó que las mujeres asumían el peso de la educación de hijas e hijos, así como el mantenimiento del ambiente familiar y doméstico en el plano mental, emocional e intelectual.
Es decir, que las mujeres os preocupáis, pensáis en todo continuamente, os encargáis de organizar la jornada de toda la familia y de delegar tareas, más que los hombres. Incluso cuando la familia es corresponsable (y comparte las tareas), sois las mujeres las que establecéis la famosa lista de las cosas que hay que hacer.
Aunque se repartan las tareas, sois vosotras quienes siempre tenéis la “obligación” o la “responsabilidad” de organizarlo todo, de estar pendiente de lo que hace falta comprar (aunque nosotros, en el mejor de los casos, hagamos la compra) y de que en la intendencia del hogar y de la familia no falle nada.
Al ocuparos de todo el trabajo invisible que permite que una familia funcione con eficacia, sentís una presión y un estrés mental que tienen muchas consecuencias a nivel físico, psicológico y emocional. Y cuanto más grande es la familia peor para vosotras y para vuestra salud: cosa que no le preocupa al señor Pablo Casado, por ejemplo, porque si no lo hubiese incluido en su agenda política (y no ha sido así).
Las altas expectativas que, tanto la sociedad como vosotras mismas, tenéis de vosotras en el ámbito familiar, social y laboral, terminan produciendo una situación de estrés tan insoportable que muchas deciden abandonar su vida profesional en pro de su familia. Pero es que además, esas situaciones continuadas de carga mental y estrés, derivan en dolor crónico o en fatiga crónica, cada vez más comunes entre los diagnósticos médicos a mujeres.
Y no es que los nuevos modelos de familia hayan cambiado la situación, al contrario, se sigue manteniendo: las mujeres siguen ocupándose de todo.
Pero, ¿cuál es la solución? Cambiar las reglas “no habladas” de la familia, empezando por la pareja. Ponerte de acuerdo con tu novio o tu marido para sentar unas nuevas bases en la convivencia rompiendo los esquemas de la familia patriarcal tradicional. Cambiar la organización familiar desde la base no es tarea fácil, pero es mejor invertir un poco de esfuerzo en producir ese cambio, que seguir manteniendo de por vida la carga mental.
Si te has sentido aludida, puede que te entren unas ganas irrefrenables de confrontar a tu par masculino. Yo me lo tomaría con calma, dedicaría un tiempo a consultar los enlaces que te dejo al final de este blog y a tenerlo claro a nivel individual. Y una vez hecho ese proceso interno de análisis, entonces me sentaría con mi pareja, le enseñaría los enlaces complementarios para que él pudiese tomar conciencia, del mismo modo que has hecho tú, sobre eso que merma tu salud cada día. Y, a partir de ahí, con amor y paciencia, hablar para sentar esas nuevas bases. Vamos, lo que viene siendo la comunicación en la pareja.
Me gustaría saber si te has sentido identificada, si eras consciente de la carga mental y de sus consecuencias físicas, emocionales y psicológicas, y si alguna vez lo has hablado con tu pareja. Te leo en comentarios y te recuerdo que aquí tienes los enlaces al vídeo que he grabado sobre esto en mi canal y el resto de enlaces que te comentaba. ¡Gracias!
Enlaces:
- Vídeo de mi canal de YouTube sobre la Carga Mental: http://bit.ly/2T1MtM8
- Anuncio P&G España: CARGA MENTAL ¿A ti también te pasa? http://bit.ly/2SMXvon
- Cómic en español de Emma Clit “Me lo podrías haber pedido”: http://bit.ly/2tmp8pX
- Blog de Ellen Seidman “Soy la que se da cuenta de…”: http://bit.ly/2BDjwvL
- Datos estadísticos (2016) sobre reparto de tareas y del tiempo en el hogar: http://bit.ly/2V4NuAn