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Desde Las últimas noticias están siendo abrumadoras: asesinatos de mujeres o de sus hijas e hijos a manos de sus parejas o ex parejas (hombres), abusos sexuales y violaciones a mujeres en grupo y, sin embargo, parece ser que exageramos, que ellas mienten o que es todo normal. Y no, no es una opinión, hay un estudio reciente y te voy a dar los datos. (Por favor, léelo hasta el final para entender el título)
Como os dije en los stories de Instagram hace unos días, estoy pasando por un periodo agotador y estresante… me suele pasar siempre que llega noviembre y marzo, coincidiendo con el 25N Día Internacional contra la violencia de género o el 8M Día Internacional de las Mujeres. Y os pedí comprensión y paciencia si veíais que no había vídeo en YouTube, no había publicaciones diarias en Facebook e Instagram o un nuevo post aquí, en el blog. Pero ayer me contaron un suceso desagradable ocurrido en un instituto y hoy me he despertado con una publicación en el Facebook de mi compañero Octavio Salazar Benítez, sobre algo similar acaecido en el Colegio Oficial de Abogados (y Abogadas… se entiende, ¿no?). Os cuento…
Desde 2008 y hasta hace poco vengo impartiendo talleres en institutos a secundaria. Al principio disfrutaba mucho haciéndolo, pero llegó un momento, en que me empecé a encontrar mal cuando iba. Casualmente (o no tan casualmente) me empezó a ocurrir lo mismo en mi trabajo… pero, sobre todo, en mi vida personal. Durante un tiempo, me sentía mal y no sabía por qué. Hasta que cayó en mis manos el último libro de la periodista feminista Nuria Varela, titulado «CANSADAS. Una reacción feminista frente a la nueva misoginia«. En él, Nuria relaciona perfectamente la reacción patriarcal de la sociedad y del machismo, a los avances conseguidos por el Feminismo y la Igualdad. Parece ser que no sentó nada bien la Ley de 2004 contra la Violencia de Género (¡qué barbaridad eso de salvar vidas de mujeres! Nótese el sarcasmo) ni las leyes por la Igualdad de las comunidades autónomas, como la de 2007 en Andalucía.
Empecé a trabajar en el Centro Municipal de Información a la Mujer de Lucena en 2008, en pleno auge de las nuevas políticas por la igualdad, en plena corriente de activismo y durante una gran ola de justicia social: pero no sabía lo que me esperaba. La luz de aquel momento se fue apagando y, aunque algunas compañeras y algunos compañeros feministas ya empezaban a hablar de las nuevas formas del machismo (el neomachismo o el postmachismo) la verdad es que, por aquella época, no se notaba tanto. O yo iba muy a mi bola feliz de lucha feminista, quién sabe.
Pero como dice Nuria Varela en su libro, la llegada al poder del PP, con sus políticas medievales y neoliberales (capitalismo y patriarcado a tope), y la eliminación del Ministerio de Igualdad, supusieron un revés para la conquista real de la igualdad y un revulsivo para el Patriarcado y sus creencias, actitudes y acciones sexistas.
Esa contracorriente chunga, en mi caso, ha ido suponiendo un desgaste a nivel emocional, pero también a nivel físico. Siendo lo peor de todo, darme cuenta de, en determinadas ocasiones (pocas, por suerte), que el enemigo (o la enemiga) estaba en casa. No hay nada peor que encontrarte a un o una machista trabajando en Igualdad, Servicios Sociales, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, Justicia o Salud. Y, por desgracia, las y los hay. Te enteras cuando te dicen cosas tan absurdas como «bueno, pero es que él dice que sólo la ha maltratado psicológicamente, nunca le ha pegado» o cuando son las mujeres que han sido víctimas de violencia de género, las que te cuentan como esas y esos profesionales, quienes se suponen que le tienen que ayudar, quienes han dudado de ellas, quienes las han querido culpar o quienes las han humillado. Pasa, es duro reconocerlo, pero pasa.
A todo este ‘suma y sigue’ de mensajes neomachistas, de la nueva misoginia, hay que añadir lo que escuchas de algunas y algunos jóvenes (cada vez más, por desgracia). Voy a contar mi propia experiencia, basándome en los datos oficiales:
- Un 27,4% de jóvenes de entre 15 y 29 años cree que la violencia machista es «una conducta normal» en el seno de una pareja. Estamos tan acostumbradas/os a leer estadísticas en los medios de comunicación que a veces ni nos inmutamos, pero si lo piensas bien, este dato es escalofriante. Cuando un cuarto de la juventud tiene normalizada la violencia en la pareja, en una sociedad machista, significa que muchísimas chicas jóvenes están en peligro, pero también, que hay muchos chicos jóvenes que son agresores en potencia o de facto. Piénsalo. Muchas veces, en los talleres en secundaria, te dicen cosas para llevarse las manos a la cabeza: «es que si tu novia te pone los cuernos, es para matarla», «si no me respeta (en el sentido de hacerme caso) tendré que hacerme respetar» (a lo que otro añadió: la letra con sangre entra… A lo que yo respondí: por esa regla de tres tendría yo que moleros a palos hasta que dejaseis de ser machistas… Se hizo el silencio, parece que se dieron cuenta de su memez).
- El 31,5 % cree que es un problema que aumenta progresivamente por culpa de la población migrante. Siguen muy extendidos mitos del pasado como que la violencia de género es cosa de personas analfabetas, pobres, extranjeras… cuando los estudios demuestra que es algo muy nuestro, como ocurre en todos los países (incluidos los nórdicos). El peligro de pensar así es que aumenta enormemente la xenofobia (y los ataques racistas a personas migrantes) y se invisibiliza la violencia que ocurre en el seno de parejas españolas (por lo que no se resuelve el problema, sino que aumenta: herida que no curo, se desangra). «Es culpa de los moros», «yo conozco un rumano que maltrata a su mujer», «esto antes no pasaba».
- En el estudio Andalucía Detecta – Andalucía Interviene, se preguntó a los chicos, en el caso de que estuviesen seguros de que nadie se iba a enterar, si abusarían de una compañera de clase, y más del 70% respondió que sí. Así que no es de extrañar, que cuando Mediaset denuncia ante la Guardia Civil los supuestos abusos de uno de los concursantes de la última edición de Gran Hermano (GH Revolution) a su pareja en la casa, una chica que en el momento de los supuestos hechos, estaba ebria y no era consciente de lo que pasaba, las redes ardían humillando y tachando de mentirosa a la chica supuestamente abusada, quien no había querido denunciar al supuesto agresor. O, del mismo modo, la humillación pública a la que se está sometiendo a la chica de 19 años, violada por los 5 tíos de «La Mamada«. Es deleznable que en la época en que vivimos, la credibilidad de las mujeres siga por los suelos, pero hay que entender que esto ha sido producto de un buen trabajo durante años del Patriarcado, que ha menospreciado, invisibilizado, subordinado y discriminado a las mujeres, por los siglos de los siglos, amén.
- El 21,2% considera que la violencia machista es un tema politizado que se exagera. No es de extrañar que muchas y muchos jóvenes piensen así, es una estrategia muy usada en violencia: el maltratado minimiza, invisibiliza o da la vuelta a la violencia ejercida por él. Del mismo modo, el sistema patriarcal distribuye, como un virus, esta creencia en la población, y se expande como la pólvora a través de las redes sociales e internet. Además, muchas/os influencers (youtubers e instagramers) crean contenido a partir de este tipo de ideas, inventándose cosas o tergiversándolas, creando escuela y dando veracidad a lo que dicen. Como además, desde 2010, estamos cayendo en una espiral de retroceso social, el sistema y la actualidad, son el caldo de cultivo perfecto para confirmar esas creencias. Hace unas semanas borré del Facebook oficial del Centro de la Mujer, un montón de mensajes con insultos que terminaban diciendo que «quienes trabajamos contra la violencia de género, nos inventamos que exista para vivir de ello». Claro, como la Policía que se inventa el terrorismo para tener un sueldo (nótese el sarcasmo…). Cuando al final todo se reduce a: «hay intereses electoralistas», «los datos son mentira», «las mujeres se lo inventan para cobrar ayudas… hay muchas denuncias falsas», «la ley contra la violencia de género es una ley contra los hombres», etc. Al final, las políticas de igualdad o el Feminismo se vuelven a ver como una cosa de cuatro locas y la gente afirma con rotundidad, durante un telediario en el que salen 4 noticias de violencia de género en el mismo día, que la igualdad ya está conseguida. ¡Qué podemos esperar si muchas de las organizaciones pro derechos de los hijos y de las hijas, están formadas por maltratadores con condena! Pues cualquier cosa… ¡Ah! Y por cierto, si no crees que estemos en un viaje al pasado, te recuerdo que con todo el tema del independentismo catalán, se han visto más banderas con pollo en la calle que nunca… No neguemos la realidad, el Patriarcado contraataca con fuerza.
- Casi un 7% cree que es un problema inevitable ya que, aunque esté mal, siempre ha existido. El pesimismo ya es el remate del tomate. Esta es la actitud humana que más me molesta, porque me parece inmadura y vaga. Y quien la dice me parece que es cómplice del problema. Si crees que es un problema, súmate a la solución. Si no formas parte de la solución, es que formas parte del problema, no existen términos medios.
Estas opiniones se dan a pesar de las cifras tan altas de mujeres asesinadas en España, y en el Mundo. A pesar de que se produce una violación cada 8 minutos. A pesar de que un hombre se fue de juerga y dejó a su hijo pequeño en un coche con hipotermia. A pesar de que los maltratadores ante el final de sus relaciones con la víctima, asesinan a sus hijos e hijas y se suicidan, o lo intentan.
A pesar de que las chicas y las mujeres caminen con miedo por la calle, si es de noche ni te cuento. Y así un largo etcétera. Pero estamos tan acostumbradas y acostumbrados a oír, ver o leer, estas cosas, que creo que dan igual a la inmensa mayoría. Es como si tuviesen efecto analgésico.
Al final, me veo día a día, explicando una y otra vez que el machismo existe, que hay un sistema que lo sostiene y que justifica las agresiones psicológicas, físicas, sexuales, económicas, ambientales o digitales a mujeres. Repito una y otra vez las mismas cosas que son de primero o de segundo de machismo. Y agota. Agota que, en el 2017, en pleno siglo XXI, te quieran convencer de que es el Sol el que gira alrededor de La Tierra. Y no, no lo voy a decir más. La Tierra gira alrededor del Sol y, algún día, descubriréis América (insisto, nótese la ironía).
Datos extraídos de:
- Noticia de Público.es
- Facebook de Octavio Salazar
- Estudio Andalucía Detecta – Andalucía Interviene