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En el vídeo de esta semana del canal de YouTube, titulado Bridget Jones’ Baby [análisis], dedico bastante tiempo a hablar sobre la importancia del pensamiento crítico a la hora de recibir cualquier tipo de contenido audiovisual (programas, vídeos, películas, libros…).
Te estarás preguntando: “¿es que hay más de una forma de pensar?” Sí, la hay, pero antes todo vamos a contextualizar un poco esto. El ser humano tiene como capacidad natural la de pensar, sin embargo, no todos esos pensamientos están libres prejuicios, distorsiones, manipulaciones. Algunos incluso son arbitrarios, es decir, están sujetos a nuestra voluntad o a la de la sociedad en que vivimos. Y otros tantos responden a una desinformación generalizada.
Teniendo en cuesta toda esta diversidad de pensamientos, podemos deducir que muchas circunstancias de nuestra vida, muchas de nuestras elecciones, gustos o decisiones, se van a ver contaminadas por ellos. Y todo ello casi sin darnos cuenta.
Por eso se hace necesario prestar atención a una parte más especial y esencial de nuestra capacidad de pensar. O lo que es lo mismo, centrarnos en pensar con excelencia. Y aquí es donde entra en juego el pensamiento crítico. Pensar lo hace cualquiera, pero pensar con excelencia es algo especial y diferente. ¿En qué consiste el pensamiento crítico?
Para pensar críticamente lo primero que tiene que podemos hacer es abstraernos. Ser capaces de ver la situación o el problema, en el que hayamos puesto nuestra atención, desde fuera. Como la Luna mira a la Tierra. Así conseguimos situarnos en un lugar privilegiado, alejado de la manipulación de nuestra mente y de nuestras creencias que actúan involuntariamente. Existe la influencia de nuestro pensamiento, pero no la manipulación. Somos capaces de discernir, de analizar, más allá de nuestras propias convicciones.
Voy a poner un ejemplo muy absurdo para aclarar esta última parte: si yo tengo un trastorno obsesivo compulsivo con la limpieza (no puedo soportar ni una mota de polvo), voy a caminar por la vida con ese filtro. Y si llego, por ejemplo, a un sitio que acabo de limpiar y veo cualquier cosa (una mota en el espejo, un papelito detrás de una maceta, una manchita en una tela, lo que sea…) mi pensamiento no será imparcial, porque en lugar de ver la limpieza del sitio en general, me voy a centrar en esa pequeña mota en el espejo. Pues eso es lo que ocurre cuando no nos abstraemos de nuestra mente y usamos el pensamiento crítico. Veamos lo que veamos, nuestra mente se va a ver manipulada por nuestras creencias. De ahí la importancia de abstraerse y ocupar ese lugar privilegiado y especial para contemplar ahora sí, la situación diana. Es entonces cuando podré ser imparcial.
Además, el pensamiento crítico me permite ponerme en el lugar de los demás, contemplar algo desde una posición que no es cotidiana para mí. Me permite analizar esa situación desde todos los focos posibles, desde cada uno de los puntos de vista, con el fin de sacar las conclusiones más acertadas, influenciadas por mi mente, pero no manipuladas.
En definitiva, el pensamiento crítico es esa forma imparcial de pensar sobre cualquier tema o situación. Una forma de pensamiento de mayor calidad realizado con excelencia y con conciencia. Utiliza mecanismos de comunicación efectiva y las habilidades necesarias para la solución de problemas, sin estar mediatizadas por nuestro ego (por esa idea virtual que tenemos sobre lo que creemos que somos y lo que creemos que no somos).
Así, ante una película como Crepúsculo, 50 sombras de Grey o Bridget Jones’ Baby (de las que te hablo en el vídeo) podré analizar aquello que pasa a la vez que está pasando, es decir, en tiempo real. Seré capaz de evaluar la información importante y usar ideas abstractas con el fin de traducir el mensaje con acierto. Y no sólo eso, sino que el pensamiento crítico, me permite formular problemas o preguntas vitales, con la claridad y precisión necesarias, permitiéndome alcanzar conclusiones o encontrar las soluciones más adecuadas, desde la imparcialidad, con criterios y estándares relevantes (sin la influencia de mi ego). Al final, nos referimos a tener una mente abierta, capaz de analizar una situación, observar las implicaciones existentes y anticipar las consecuencias a nivel práctico.
¿Qué no sería pensamiento crítico? Pues, por ejemplo, todo lo que no afirme que algo es cierto por alguno de los siguientes motivos: porque yo creo en ello, porque nosotros/as creemos en ello, porque quiero creerlo, porque así lo he creído siempre o porque me conviene creerlo. Estos serían pensamientos mediatizados por nuestro ego, es decir, manipulados.
Y en la práctica ¿cómo puedo verlo? Usemos un ejemplo. Al ver un programa tipo “Hombres y Mujeres y viceversa” (¡ojo! que no digo que no lo veas, sino que sepas lo que estás viendo) ser capaz de entender que ese modelo de amor, no es sano por muchos motivos: por la posesión que se ve entre las personas que participan, por los celos, por la dominación de los hombres en ciertas situaciones, porque se produce antes las cámaras y por contrato, porque el prototipo de personas que sale es siempre el mismo (en edad, físico, nivel cultural, etc.)… y así podríamos seguir un buen rato. Pero que, si te gusta, lo veas, pero evita reproducir ese tipo de comportamientos en tu vida real o evita buscar relaciones como las que se ven ahí, porque de no hacerlo, sufrirás tanto como ellas y ellos.
En el vídeo ya te cuento que a mí, desde hace años, me encanta la saga “Bridget Jones”. Me río con ello y me emociono, como te cuento en el vídeo. Pero no me pasa desapercibido que los roles de las mujeres y de los hombres de las tres películas están totalmente estereotipados. Tampoco me pierdo en el argumento, sino que soy capaz de ver (gracias al pensamiento crítico) que relacionan el fracaso con un tipo de cuerpo, un tipo de vida y con estar soltera mientras que el éxito se lo asignan a los hombres, trabajadores con poder y con dinero. Además, veo claramente las características del amor insano o tóxico (que en la teoría se ha llamado romántico y del que puedes ampliar información en este vídeo: Chica busca chico).
Y así con muchas otras cosas, pero quizás lo más importante, es que gracias a esta forma de pensar, puedo observar en mí, creencias e ideas erróneas que aprendido durante mi proceso de socialización (que ocurre cuando somos peques). Puedo conectar con la tristeza de Bridget cuando termina una relación o cuando se frustra por no tener pareja, y puedo reconocerla en mí. Pero gracias al pensamiento crítico, puedo distinguir la felicidad real de la impuesta, o sea, que puedo darme cuenta que la felicidad no es estar en pareja, sino que es algo más que eso. Puedo entender que tengo que ser feliz en cualquier situación o momento de mi vida, simplemente por el hecho de estar vivo y por el hecho de ser. Puedo afirmar que si no soy feliz en soledad, no lo voy a ser en compañía, pues cometeré el error de buscar que la otra persona me cubra esos vacíos emocionales o que elimine mi malestar, lo que me llevaría a una situación de dependencia y descontrol.
En conclusión, el pensamiento crítico es esa capacidad para analizar, entender o evaluar el modo en que se organiza la información y el conocimiento utilizados para interpretar y representar el mundo en que vivimos, para llegar de forma adecuada a la postura más razonable y justificada sobre un problema o situación.